martes, 19 de junio de 2012

Hábitos dietéticos saludables para corregir el estreñimiento

Los laxantes no deben utilizarse sin la recomendación de un profesional sanitario ni tampoco sistemáticamente durante más de una semana, ya que su uso prolongado podría volverlo crónico.
A pesar de ser un trastorno frecuente (afectó a más del 45% de la población espa­ñola en el último año), se considera estreñimiento cuando se produce un tránsito difícil o infrecuente de las heces, un aumento de su con­sistencia o una sensación conti­nuada de evacuación incompleta, por contra de lo que se suele pen­sar que debe hacerse una deposi­ción diaria. El estreñimiento es un signo de que el aparato digestivo no funciona como debería.
Hábitos fundamentales Los hábitos dietéticos y seguir una alimentación saludable son im­prescindibles para evitar y/o co­rregir el estreñimiento. Hay que in­tentar seguir una dieta rica en fibra, tratando de comer frutas y verduras cinco veces al día como norma general y añadir ce­reales integrales. Siempre es muy recomendable complementar la dieta con complejo a base de fibras. Esto ayudará a alcanzar los consumos diarios de fibra recomendados por los especialistas. De hecho, la dieta pobre en fibra es la principal causa de estreñimiento en la po­blación sana, así como la falta de ejercicio físico, una ingesta baja de líquidos al día y no acudir al baño cuando sienten deseos.
Algunos medicamentos como antidepresivos, codeína, al­gunos analgésicos, antiácidos de aluminio o calcio y los suplemen­tos de hierro pueden conducir a esta situación. Debe evitarse abusar de algunas frutas que favorecen el estreñimiento, como el plátano. Sin embargo es muy recomendable el consumo frecuente de frutas fres­cas (mejor con piel), verduras (fres­cas o cocinadas), legumbres (gar­banzos, lentejas o alubias), frutas secas como las ciruelas pasas, melocotones o higos.
A veces, existe un falso mito sobre el consumo de pro­ductos naturales. Si bien estos son eficaces contra el estreñi­miento, muchas veces pueden generar interacciones con otros medicamentos y su uso prolongado puede provocar dependencia.
Si el paciente necesita añadir fibra a su dieta, debe hacerlo lentamente y aumentando la cantidad de forma gradual, ya que esto le ayudará a reducir los gases y la hinchazón abdominal. Hay que tener en cuenta que en los pacientes con estreñimiento grave la fibra fermentable puede incluso empeorar los síntomas. Siempre es recomendable beber abundantes cantidad de líquidos, comer despacio y masticar bien los alimentos. Otra rutina beneficiosa consiste en intentar defecar a la misma hora del día, preferiblemente de 15 a 45 minutos después del desayuno, ya que la ingestión de alimentos estimula la motilidad intestinal. En cualquier caso, nunca hay que reprimir la necesidad de evacuación y realizar ejercicio físico moderado.

Vigilar el uso de laxantes Hay varios tipos de laxantes: los que aumentan la masa intestinal (formadores de masa), los que ablandan las heces (emolientes), los que lubrifican las heces (lubricantes), los osmóticos y los estimulantes (que ayudan a trabajar a los músculos del intestino). En realidad, existen muchas combinaciones disponibles con y sin receta y, en cada caso, estará indicado uno u otro en función del cuadro clínico. Es muy relevante tener en cuenta que los laxantes no deben usarse en niños menores de dos meses y debe acudirse al médico con urgencia. Igualmente, no se debe utilizar ningún laxante de forma habitual en niños menores de seis años. Antes de comenzar a usar cualquier laxante, en estos casos deben aplicarse medidas higiénico-dietéticas. En el caso de embarazadas, este tipo de medidas son el tratamiento de mejor elección y los laxantes estimulantes están contraindicados, salvo excepciones justificadas bajo criterio médico. Y es que una de cada tres embarazadas sufre estreñimiento, probablemente, debido a los cambios hormonales que se producen en la gestación, especialmente en las últimas etapas. Las consecuencias más frecuentes que se pueden presentar por el estreñimiento son hemorroides, fisuras, hernias y divertículos intestinales (dilataciones del intestino grueso).

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